El proceso de conquista
Hernán Cortés, el conquistador de México, en carta enviada a Carlos V, en 1524, informaba que había recibido la visita de más de 100 indios de las ciudades de Utatlán -Quiché- y Guatemala -cakchiquel-, ofreciéndose como vasallos y súbditos del rey de España. Y que había enviado al capitán Pedro de Alvarado a someter aquellas tierras (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Alvarado salió de la ciudad de México el 6 de diciembre de 1523, con un ejército de unos 420 soldados, de caballería e infantería, provistos de mosquetes y pequeños cañones -falconetes-. Venían también 300 indios tlaxcaltecas, como cargadores y auxiliares. El número de hombres era pequeño, pero los caballos, las armas de fuego, las ballestas, las espadas y lanzas de acero aumentaban su poder ofensivo (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Al llegar a Soconusco, Alvarado envió indios mensajeros a los quichés y cakchiqueles, a quienes pedía que se sometieran al Rey de España, pero no obtuvo respuesta. Cruzó el río Suchiate y se internó en las tierras gobernadas por los quichés y tuvo los primeros contactos con éstos (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
En Zapotitlán se libró la primera escaramuza. Alvarado traía indios mexicanos que conocían el territorio. Guiado por ellos inició la difícil subida de la montaña, sin encontrar resistencia militar sino hasta en los Llanos de El Pinal, donde se enfrentó con un fuerte ejército quiché. Aquí, dice Alvarado en carta enviada a Cortés, murió en combate “uno de los cuatro señores de esta ciudad de Utatlán que venía por capitán general de toda la tierra”. No lo mató él, pero debe ser éste el jefe indio que la leyenda convirtió en Tecún Umán (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Alvarado tomó Quetzaltenango y, tras algunos días de descanso, se enfrentó con otro ejército numeroso, el cual también venció en los Llanos de Urbina. Siguió hasta la capital de los quichés, que sus huestes llamaban Utatlán, y después de aprisionar a los Señores Oxib Queh y Beleheb Tzí, los hizo matar, y luego quemó la ciudad (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Días después salió para Iximché, la capital de los cakchiqueles, cuyos reyes lo recibieron como aliado. Tras un breve descanso siguió hacia el Lago de Atitlán, donde sometió a los tzutujiles. Después se dirigió a Izquintlán, ciudad que destruyó. En el mes de julio volvió a Iximché, tras culminar la expedición que se extendió hasta Cuscatlán -en El Salvador-, cuya conquista no pudo completar (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Pedro de Alvarado decidió fundar una ciudad de españoles, como hacían todos los capitanes al tomar tierras de indios en nombre del Rey de España. No se construyeron edificios ni se distribuyeron solares. Sólo se nombró un Ayuntamiento: alcaldes, regidores, alguacil, pregonero. Estos, a quienes se tomó juramento en nombre de Dios y del Rey, celebraron su primer cabildo. La ciudad se llamó Santiago -del señor Santiago, dice Alvarado en una carta a Cortés-. El asiento fue en Iximché, la capital de los cakchiqueles. Los vecinos eran todos los soldados del ejército del conquistador. Esto ocurrió el 27 de julio de 1524 (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
Con el correr de los años la ciudad tomó el nombre de Guatemala, y se asentó en otros lugares y con nuevos vecinos.
Alvarado no fue el único conquistador de Guatemala, ni su campaña la única que se llevó a cabo para someter a los indios. Pasaron varios años y fue necesario el concurso de otros capitanes y soldados para consumar la conquista. Por otro lado, se produjo una heroica rebelión de los cakchiqueles, la que terminó con el ahorcamiento de sus reyes, entre ellos, al que se llamó Zinacán, el jefe cakchiquel que nunca se rindió (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).
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